Pocas presentaciones necesita esta receta, que más tiene que ver con psiconutrición que con una alimentación perfecta. Y como todos tenemos pecados, pues este es un pecado muy confesable, que quiero compartirlo con vosotros porque no tiene desperdicio.
Todos intentamos, o quiero yo pensar que «todos», cuidar nuestra alimentación, comer saludablemente, cantidad y calidad magníficas, pero hay días que queremos pecar, que el cuerpo te pide algo que no le sueles dar y para estos días qué mejor que una nutella casera para que al menos comamos un dulce relativamente sano.
Y digo relativamente sano, porque a pesar de que está hecho en casa con muchísimo amor y ganas, pues no deja de ser un pecado y que debemos limitar las ingestas a las menos posibles. Si es cierto que haciéndolo nosotros sabremos lo que lleva, las cantidades que le ponemos, nos debe hacer más conscientes de su consumo, libramos de conservantes, aceites vegetales de mala calidad, pero no perdamos el norte, continúa siendo un dulce que debemos limitar a ocasiones muy esporádicas.
Con esta imagen que pinta deliciosa os cuento que yo lo presenté en el bodegón con un pan integral de nueces y pasas, lo tosté con aceite de oliva virgen extra y después de untar una generosa capa de nutella le puse escamas de sal maldón, si esta combinación no la habéis probado nunca, os la sugiero para que al menos una vez en la vida la probéis, ¡es absolutamente adictivo!
Para mi estas recetas pertenecen a la psiconutrición porque muchas veces necesitamos esa onza de chocolate , esa pizquita de azúcar o ese desayuno cariñoso diferente al resto de la rutina diaria, en mi caso porque hay días y noches que la maternidad ha sido dura, y estos pequeños placeres ayudan a reponer el cansancio psicológicamente. Otros momentos de mi vida cuando tenía una época dura de mucho trabajo y deporte, llega uno con la lengua fuera a casa y esto anima. No me entretengo más y os paso la receta.

Nutella casera
Utensilios
- Horno
- Fuente de horno
- Procesadora
- Frasco de vidrio esterilizado
Ingredientes
- 150 gr Avellanas tostadas sin sal y sin piel
- 180 gr Chocolate Negro sin azúcar, yo utilizo al 60% / Depende de como te guste de sabor fuerte la nutella.
- 1,5 cda Aceite de Coco o Aceite de Oliva
- 1 cdta Extracto de vainilla
- 1 Pellizco de sal
- 2 cdas Azúcar moreno
Vamos al Lío!
- Si estás como yo que no dispones de avellanas peladas ni tostadas pues empezamos por ahí, las colocamos en una fuente de horno, si tienes una con agujeros como la mía estupendo, sino pues una normal y te tocará moverlas un poquito a mitad de tostado. Te enseño la foto que está muy didáctica:
- Las metemos en el horno precalentado unos 10-12 minutos, depende de cada horno, os toca vigilar un poco para que no se quemen. A 180º grados, calor arriba y abajo. Con el calor las avellanas empiezan a soltar esa grasita maravillosa de los frutos secos y la piel saldrá solita. (Mismo tip para otros frutos secos). Os enseño un vídeo de cómo salen del horno.
Simplemente moviéndolas en caliente muchas pelaron solas.
- Después de tener las avellanas listas, pulverizamos el azúcar moreno en la procesadora, durante un buen rato, debemos dejar el azúcar impalpable, después añadimos las avellanas y trituramos a máxima potencia hasta conseguir una pasta homogénea.
- Una vez tengamos una pasta homogénea añadimos el chocolate derretido, el aceite de coco o el aceite de oliva, la sal y la esencia de vainilla, trituramos todo el conjunto hasta fundir todos los ingredientes y listo.
Aquí te pongo varios trucos, si tienes el chocolate en lágrimas como verás el que te enseño en la foto, triturando todo el conjunto a máxima potencia desprende un calor que es suficiente para fundir el chocolate y no necesitas fundirlo previamente. Si tu chocolate está en tableta o en bloque cuidado con fundirlo en el microondas, si es tu caso, hazlo trocitos pequeños con las manos y ve poniéndolo de «a poquito» y moviéndolo, si se quema amargará todo el conjunto y en el microondas en bien fácil que se queme.
Estas cantidades son para un frasco de unos 300 gr aproximadamente o dos pequeños como lo presento yo, en la puerta de la nevera puede aguantarte hasta 3 meses sin ningún tipo de conservante. También puedes hacer más cantidad y envasarlo al vacío en baño maría y almacenarlo en la alacena. A temperatura ambiente se queda cremoso como no te puedes ni imaginar.
Hoy la haré!
Me cuentasssss